domingo, 24 de febrero de 2013

EL REGRESO


Alguien decidió que el dolor
no había sido suficiente.

Y  yo debí volver a aquella casa
de puertas y ventanas entornadas,
a ese rincón 
donde la soledad  nunca supo preñar 
de sucias costras la carne.
Allí, entonces, no existía el miedo.
Y era sencillo confundir 
el  aleteo agitado de un pájaro 
con el rumor inquieto, también lejano, 
de un niño que corría a través
de sus estancias despobladas.

Ahora debo arrastrar mis pasos,
ya nublados, afuera de aquella casa,
para comenzar a caminar de nuevo
desde otro umbral imaginario,
como si sus vastos muros 
nunca  me hubieran desabrigado.
Y desearía que fueran los otros hijos
de Temis los que vinieran a recibir 
tu ofrenda: el arbitrio que una vez más
trazará  mi suerte.

Para no seguir así aguardando el regreso 
de cada noche y figurarme entonces 
que vienes a tocar mi frente.

Juana Fuentes ©


lunes, 18 de febrero de 2013

TU MEMORIA


Mis pies debieron regresar.
En hierático y brindado diezmo
han deshecho el camino
hasta  muy atrás, cuando
entonces cualquier afán
era apenas una mota
de harina limpia en la penumbra.

Y hoy, a veces aún mi empeño
en encontrar el rastro
de aquel desbaratado sendero.
O ser simplemente el regazo
en el que venir a hacer acopio
de tu pobreza.

Pero aunque otras manos
se hayan detenido en tu cabello
aquietando sus dedos en una cruz,
como insignia que cela tu osario,
tal vez aguarden pacientes la llegada
de un rumor desazonado
que las incite a alejarse.

Mientras tu memoria quedó cuajada
como una piedra dura en mi errátil espera.

© Juana Fuentes