jueves, 13 de junio de 2013

Yo seré poeta

La mañana ha dejado hoy entreabiertos
los huecos. Y los rayos de luz se cuelan
por sus orificios, impacientes, porque
el sol les envía a preguntarme de nuevo
por esos versos que ayer dejé olvidados.

Y de qué modo  me podría excusar
si, al bautizarme, no me otorgaron nombre
de poeta. Cómo ensalzar de este modo
la luz que me deslumbra; las mariposas;
el ruido del agua fresca de un arroyo
o la que viene a lloviznarse en mis ojos
cuando me alcanza sin un viejo paraguas.
Sólo sé escribir acerca de la noche;
también de las horas oscuras del día; 
y de la decadencia. O de la pobreza
de los cuerpos y de esa bilis tan agria
que acostumbra, complacida, a habitarlos.

No me dieron, al nacer, un nombre grato
que, cadencioso, desviara la atención
de mis densas y desgastadas estrofas.
Pero lo sé: un día yo seré poeta,
tan a pesar de  mi nombre,  o de la dicha
que, aun liviana, llegará para alentarme,
cubriéndome mientras ciñe mi cabeza.

© Juana Fuentes



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