domingo, 16 de febrero de 2014

Poema de amor

En ocasiones se esponja mi pecho
sin que comprenda cuál es la razón
que me incita a sentir que se agranda,
como lo hacen las obleas compactas
al simple roce de un jugo caliente.

Podría tratarse de las retinas
de un extraño  que me velan y acechan
desde una ventana distante, pues incluso
estando lejos, me harían notar
el calor de saberme cobijada
en un cuerpo que  no le es invisible
al mundo.

O tal vez ayer diera una moneda
a un indigente despojado que vino
entonces a vestirme, agradecido,
con todas sus desnudas bendiciones.

En ocasiones no existe una causa atinada.

Pero  cuando  tú me ves con tus ojos,
con tu mueca limpia y sonriente  bañas
en vino mi alma sedienta,
que se expande vertiendo sus cenizas
en medio de todos esos océanos
que aclaran la tierra. Y presiento que no tendré
que cruzarlos todos para saber
que, sin ti, existir también es posible.

Porque ahora me basta
con que seas el pretexto  preciso
para que mi corazón se contraiga
empapado en nostalgia, en poesía
y, tal vez, en amor.

© Juana Fuentes


2 comentarios:

  1. Escribes con una serenidad que traspasa cualquier cosa, no hay obstáculos entre el lector y tu poesía...es flipante.
    Este poema es delicado, se capta la ternura, la suavidad y...la contundencia.
    Adorable.
    Besos, poeta.

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  2. Gracias, mi querida amiga, siempre con palabras tan oportunas y maravillosas, siempre tan sensible.
    Un fuerte abrazo y muchos besos.

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