sábado, 14 de septiembre de 2013

Septiembre

                                  

Septiembre viene
con un aroma a hierba rancia.
y a madrugadas  de silencio.

En sus tardes, suspendidas
las cenizas de aquella luz que ayer
me chispeaba
y que ahora yacen, aún candentes,
en el festejo de su ocaso.

Contemplar mis manos vendadas,
que no aprovechan ya como ofrendas
de júbilo y dicha, sino acaso como exiguos aparejos
con que aliviar tu llanto
si no hay a mano otro consuelo.

Septiembre ya es sólo una palabra hueca
como tantas otras palabras,
emblemas sagrados de ayer,
que apenas encuentran hoy
su  auténtica consciencia.

Como si aquella luz y aquellas manos
nunca me hubiesen correspondido,
y su memoria usurpada, cuajada
como una dura piedra
en mi errátil espera.

© Juana Fuentes



4 comentarios:

  1. Triste Septiembre....
    Me encantó tu poema.
    Besos....

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    Respuestas
    1. Gracias, preciosa. Sólo por eso ha valido la pena.

      Un beso.

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    2. Septiembre, periodo de transición que despierta esas viejas nostalgias que en resurrección programan un presente a su imagen... Mucha suerte.

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  2. Gracias, querido Miguel Ángel, no lo podrías haber definido mejor.
    Un abrazo.

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