No recuerdo cuántos días han transcurrido,
mil cuatrocientos sesenta y cinco, tal vez,
o quizá debería contarlos uno a uno
para no equivocarme.
Cuántos para recorrer el camino
hacia este quebrado paraje
donde la humedad del pantano
que emerge de su vientre me devuelve,
cuando en él me exhibo, un reflejo extravagante.
No reconozco en él mis ojos,
o al menos la luz que antes escondían
y que no lograba nadie atisbar.
Ya no conserva su color genuino,
luce gris, como esos cabellos
dispersos en mi cabeza y que con tanto tedio
trato de disimular cada lunes.
En mi frente se han evidenciado las arrugas
abriéndose paso a mordiscos. Algo quedó
enquistado en mis pensamientos
que ahora se afana en salir a través de esos surcos,
tercas estrías obstinadas en arropar
mi impaciente desasosiego.
Mis labios ya no son ventosas aclimatadas
a tratar otros labios.
Y en su abstinencia acumulada
han debido perder la plasticidad rosada
de los cuerpos que están acostumbrados
a la disciplina de una instrucción cotidiana.
Quizá ya sólo sea una sombra que subsiste
al acecho de una ocasión que nunca acude,
aguardando ese día que no habrá de llegar.
Un acaso que incluso hoy no codicio,
aunque me engañe en su espera, un día tras otro,
como una sombra impostora que confía en hallar
su reflejo _ alguna vez_
en el agua cristalina de un charco cualquiera.
©
Juana Fuentes
Da gusto leer tu poesía. Me encanta...
ResponderEliminarBesos
Gracias, preciosa.Un gran honor para mí que me leas.
ResponderEliminarUn beso.
Un poco asustan tus palabras en esos sentimientos apocados, cuando se extraña en el paso del tiempo, envejeciendo con la esperanza tal vez del reflejo autentico, en espera y por llegar, felicidades.
ResponderEliminarBesos, José
Y si nunca llega...
ResponderEliminar"Los enamoramientos", de Javier Marías, trata esa espera de lo que nunca llega, a lo que nos acostumbramos hasta el punto de no desearla, aunque no lo sepamos, de forma magistral.
Gracias, José Manuel, por pasar por aquí. Echaba de menos estos comentarios desde que Ramón me falta.
Un beso.
A mi francamente me ha encantado. Y entrando en el comentario y contestación. Creo que tienes razón...Y si nunca llega. Nos pasamos la vida esperando un respiro que muchas veces acaba con el último aliento de vida.
ResponderEliminarQuizás yo solo sea una sombra que subsiste.
Es realmente bella.
Besos.
Gracias, Rocío. Me alegro muchísimo de que te haya gustado.
ResponderEliminarUn beso.